Por escapar del artificioso bullicio nocturno de San Antonio, nos dejamos seducir (cómo no) por la sugerente propuesta de Eduard, a quien habíamos conocido aquella misma tarde, cuando detuvo su Méhari de color naranja para rescatarnos del asfalto sofocante. Junto a su amigo Joan, recorrimos la costa hacia el oeste, jugando a correr desnudos desde el coche hasta el agua tibia, bracear frenéticamente unos segundos bajo la luna, formando burbujas de plata, y regresar entre risas al Méhari, maricón el último, para continuar hasta la siguiente playa. Al amanecer, Genoveva y yo reposábamos agotados y felices sobre la arena de Cala Bassa, que nos pertenecía por completo. Mis hormonas desbocadas me animaron a insinuarme tímidamente. Ella puso las cosas en su sitio con una demoledora muestra de afecto: tomándome la mano, susurró dulcemente que yo era “un tío de puta madre” al que cualquier chica querría tener como amigo. Afligido, pero sin soltarla, me dormí.
Etcétera 
Por fìn consigo entrar ………..
Còmo lector y oyente me atraen los textos que no me dejan indifernte y tus relatos, lo consiguen.
Saludos
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Me alegra que lo hayas conseguido, Jesús. Lo que dices es el mejor elogio que puede recibir uno por lo que escribe: «no dejar indiferente». Muchas gracias, y espero verte a menudo por aquí. Siéntete como en tu casa.
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Ayer descubrí que tus micros me atraen especialmente por lo que iré entrando cada vez que cuelgues uno para leerlo y recrearme en el.
Soy una adicta a los micros y de vez en cuando soy tan atrevida que escribo alguno, incluso me gustaría aprender con algo mas de talento a practicar su escritura.
Alguna sugerencia?
Un saludo Conxa (Divina Popea)
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Sería un atrevimiento por mi parte hacer sugerencias al respecto, porque soy un simple aficionado. Es muy gratificante que a una notable poetisa le guste lo que escribo. Muchas gracias.
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